¿Crees que padeces ansiedad en el trabajo?
Definiremos a la ansiedad como la respuesta fisiológica de alarma, para escapar o luchar ante una amenaza. Hablamos de ansiedad en el trabajo cuando ésta se produce en nuestro ambiente laboral.
Causas de la ansiedad en el trabajo:
Se suelen repetir algunas causas que producen ansiedad en el trabajo, como:
- Mucha exigencia laboral: las personas perfeccionistas que se ofrecen a realizar aquellas tareas más complejas tienen muchas posibilidades de sufrir ansiedad. Las situaciones de auto exigencia laboral provoca un estado de tensión y una sensación de agobio.
- Miedo a los errores: las personas que no valoran los errores como forma de evolucionar y aprender, tienden a torturarse cuando se equivocan y les produce ansiedad y/o depresión.
- Anticipación negativa: suele producirse cuando tenemos que realizar una tarea nueva o que no dominamos. Algunas personas, llegan a interpretan que no son capaces de realizarlas. Imaginan que no les gustará a sus jefes y que tendrá consecuencias negativas. Todos estos pensamientos ocasionan una sensación de alarma y se inicia ese estado de ansiedad.
- Temor a la evaluación negativa: a veces las evaluaciones que no son positivas generan en nosotros sentimientos de duda. Si la crítica nos afecta aún más, suele generar miedo. Y eso, acaba ocasionando ansiedad en el trabajo. Es fundamental aprender a gestionar todo tipo de valoraciones para crecer en el ámbito laboral.
- Tendencia a controlar: existen personas que necesitan abarcar y controlar cada tarea. Debemos aprender que no todo el trabajo puede estar bajo nuestro control. Si nos sobrecargamos con tareas que no nos corresponden, entraremos en un estado de ansiedad. Es importante aprender a trabajar en equipo y delegar en aquello que podamos.
¿Cuáles son los síntomas de ansiedad?
Los síntomas de la ansiedad también pueden ser de distinto origen y se pueden presentar de diferentes formas; podemos encontrarnos con:
- Físicos: como taquicardias, palpitaciones, opresión en el pecho, desorden alimenticio, sensación de mareo, inestabilidad, digestiones molestas, cansancio, alteraciones de sueño o de respuesta sexual, escalofríos o sudoración excesiva.
- Psicológicos: sensación de amenaza o peligro, inseguridad, dificultad para tomar decisiones, sospechas, despersonalización, bloqueos, dificultades en la atención, concentración, pérdidas de memoria, pensamientos irreales o distorsionados, obsesión por el perfeccionismo, insomnio.
- Sociales: aislamiento, dificultades para expresar opiniones, falta de recursos para defender los derechos, temor excesivo a posibles conflictos, irritabilidad.
No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni intensidad de los mismos. Depende de la predisposición biológica y/o psicológica, del conocimiento de distintas herramientas para evitar la ansiedad, de la duración en el tiempo.
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