En algunas ocasiones, tendemos a creer que las cosas van a suceder por sí mismas y nos sentamos a esperar a que sucedan. No somos conscientes de que nosotros somos los responsables de que sucedan las cosas. Somos nosotros quienes llevamos la acción para alcanzar nuestras metas.
Por lo tanto, debemos dedicar tiempo a definir qué queremos lograr y cómo lo haremos. A continuación, te nombramos una serie de pasos que te ayudarán a lograr tus objetivos.
Primer paso: Definir nuestro propósito
Si bien una parte importante es establecer un objetivo, lo más importante es definir nuestro propósito. El saber para qué estamos donde estamos es el paso fundamental para conseguir el éxito en nuestros objetivos.
Los objetivos son muchos, en cambio, el propósito es uno solo. Este propósito direcciona nuestras metas y le da sentido a nuestros esfuerzos. Además, para encontrar nuestro propósito debemos indagar en lo más profundo de nuestro interior.
De esta manera, el propósito se arremete al por qué o para qué me encuentro aquí haciendo esto. Sin embargo, el objetivo se basa en el qué queremos hacer y cómo para alcanzar nuestro propósito.
Segundo paso: Establecer los objetivos
Para este paso, es importante dejar de pensar en lo que nos rodea, lo que nos pasó o lo que nos pasará, sino concentrarnos en el ahora. Debemos analizar la vida como un todo, tomando en cuenta todos los aspectos de la misma, no solo los laborales o referidos a los estudios.
Solemos dedicar mayor tiempo a nuestro trabajo o carrera, descuidando los demás ámbitos que componen nuestra vida. De esta manera se produce un desequilibrio y, así, algún aspecto de nuestra vida sea el que pague las consecuencias, ya sea la salud, nuestro estado de ánimo e incluso nuestras relaciones interpersonales.
Por tal motivo, es importante que nuestros objetivos abarquen varios aspectos de nuestra vida, generando un nuevo equilibrio permitiendo que seamos más efectivos. Habrá ciertos momentos en donde nos enfoquemos en una determinada área, y eso está bien. Sin embargo, lo más importante es comprender que es momentáneo, y que posteriormente tendremos que dedicar tiempo a las otras áreas.
Establecer un plan de objetivos integral y amplio, en el cual se comprendan las diversas áreas de la vida, es una manera increíble de tener presente el concepto de equilibrio y practicarlo.
Tercer paso: Llevarlo a la acción
Una vez que tenemos en claro nuestro propósito y los objetivos, el paso siguiente es llevarlo a la acción. Sin embargo, siempre debemos ser realistas, pero ¿Qué quiere decir?
Muchas veces sucede que cuando intentamos alcanzar nuestros objetivos, fracasamos. Estos fracasos la mayoría del tiempo resultan un limitante, ya que nos frustramos y decidimos abandonar nuestros planes.
Por ello, siempre debemos ser conscientes de que los fracasos están, existen, y puede sucedernos a nosotros. No obstante, debemos aprender a lidiar con ello, sin que nos tire para abajo y continuar avanzando. El llevar nuestro plan a la acción implica que comprendamos estos aspectos, y que los tomemos como una motivación para seguir avanzando.
Cuarto paso: Celebra tus logros
Celebrar nuestros logros es parte importante, ya que permite reconocer aquellos objetivos que hemos alcanzado, dándonos cuenta cuánto progresamos. Celebrar es sinónimo de agradecer llenándonos de entusiasmo y, así, nos motivamos aún más para seguir adelante.
Muchas veces atribuimos las celebraciones a distintas fiestas como navidad, año nuevo, cumpleaños o recibidas, entre otras. Sin embargo, cada pequeño logro puede y debe ser festejado, ya que mientras más tengamos para festejar, más alegría y motivación tendremos para llevar adelante nuestros objetivos.
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