Diálogo interno
El diálogo interno es un fenómeno que tiene un enorme efecto en la contextura de nuestro cerebro y en nuestro estado mental, por lo cual, hacernos cargo de aprender a realizar una mejor observación de nosotros mismos.
Ser conscientes del diálogo interno que tenemos con nosotros mismos es importante para retomar el control y evitar tener una percepción negativa de nuestra persona.
Es necesario empezar por detectar los pensamientos negativos, para así reemplazarlos por afirmaciones positivas. El modificar pensamientos amenazantes no es fácil. Sin embargo, sucede lo mismo que cuando queremos cambiar un hábito. Es decir, requiere esfuerzo y determinación, pero que no sea fácil, no significa que sea imposible.
Impacto del diálogo interno en nuestra personalidad y conducta
El diálogo interno es un fenómeno complejo, tal es así, que es importante ser conscientes en la forma en la que impacta en nuestro cerebro, tanto a nivel de nuestra personalidad como de nuestra conducta. Esto es debido a que todo lo que acontece en nuestra mente, ya sea pensamientos o ideas, puede influir de manera positiva como negativa en nosotros.
Esto es importante, ya que debemos intentar que abunden los pensamientos positivos acerca de nosotros mismos, así incrementarán nuestra autoconfianza. De esta forma, seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos.
El dialogo interno se puede clasificar en cuatro desencadenantes;
Victimista
Se caracteriza por el sentimiento de desprotección y desesperanza. Lo cual lleva a creer que todo seguirá igual, se lamenta por las cosas que suceden, pero no intenta cambiarlas. Da la sensación de ser incomprendido, minusvalía y que no son importantes
Catastrófico
Se anticipa a los hechos y los magnífica, dando como resultado un pensamiento erróneo que pudiese desencadenar una crisis de pánico. Aquí, la ansiedad es provocada por la imaginación de un escenario lo más catastrófico posible.
Autoexigente
El mismo promueve el agotamiento y estrés crónico, dado que busca la perfección. Aquí, la persona es intolerante a los errores, además, intenta convencerse a sí misma que las faltas son externas a ella. Cree que nunca es suficiente lo que realiza, o los resultados no son los que esperaba.
Autocrítico
La persona constantemente se juzga y valora de forma negativa su forma de actuar. Enfatiza sus limitaciones y sus defectos. Depende de los demás y se compara a sí mismo con el resto, para sentirse en desventaja. Esto lo lleva a no poder controlar su vida.
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